Opinión | Tribuna

Más realismo climático y menos catastrofismo

Estamos mejor que antes de tomar conciencia de la emergencia climática, aunque todavía quede mucho por hacer

Las expectativas son unas aguafiestas y abusar de ellas provoca decepciones gratuitas. Los participantes en la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Bakú (Azerbaiyán), sufren de este mal. Muchos lamentan que la cumbre no ha servido para nada, como me decía el jueves una de las asistentes. Cuesta entender este pesimismo después de que el encuentro lograra un pacto histórico por el que se movilizarán al menos 1,3 billones de dólares al año entre fondos públicos y privados para combatir la emergencia climática. De ellos, 300.000 millones serán aportados por los países ricos para paliar el impacto en las naciones en vías de desarrollo. Que estas tuvieran una gran ambición y pidieran el doble de lo acordado no puede empañar el logro de que la cifra triplique el objetivo más alto puesto hasta ahora sobre la mesa.

Cabe huir del catastrofismo y mirar atrás para reconocer que estamos mejor que antes de tomar conciencia de la emergencia climática, aunque todavía quede mucho por hacer para frenar el calentamiento global. Este último es un fin deseable y urgente, como también lo es acelerar la transición energética a través del multilateralismo entre países. Pero dotar a estas metas de una sana capa de realismo y de una visión práctica resulta igual de importante. Solo así se evitarán las frustraciones asociadas a unos objetivos que parece difícil que vayan a cumplirse, como que la economía sea climáticamente neutra en 2050, sobre todo en un contexto geopolítico como el actual, con dos guerras y con Donald Trump en la Casa Blanca.

El realismo inteligente, que no debe confundirse con conformismo, siempre será mejor que la aparición de grandes brechas entre los compromisos adquiridos por los Estados y sus políticas del día a día. También ayudará a que las empresas sean verdaderos agentes del cambio y a que la población se implique al máximo. El planeta lo agradecerá.

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