Políticos que votan sí cuando quieren votar no

Parece fácil: sí, no, abstención. Tres opciones. Y encima alguien te dice qué botón tienes que pulsar. Pero quien da la indicación se equivoca y dice ‘sí’ donde tenía que decir ‘no’. Y los diputados del PP aprueban de golpe 34 enmiendas de Vox que el propio PP consideraba «inasumibles», entre ellas eliminar el catalán de la educación y la Función Pública. Casi nada. El caos legislativo está servido. Y el estupor general. Un nuevo espectáculo bochornoso que nos sitúa en un escenario insólito. Responsables del PP tratan de tranquilizar al personal y aseguran que esas enmiendas no entrarán en vigor porque aprobarán un decreto para neutralizarlas. Tendrán que negociar una solución a este disparate con los grupos de la izquierda, cuyos votos necesitan para tumbar esas enmiendas que aprobaron ellos por error. La oposición, como es lógico, flipa, mientras en Vox brincan eufóricos, pues no habrían imaginado algo así ni en sus mejores sueños. Es de locos. Los ciudadanos contemplan perplejos el gallinero, sin saber bien a qué atenerse ni qué ha ocurrido ni qué va a pasar ahora.

No es el primer error de votación de ilustres diputados, ni será el último. Pero es que no era cualquier minucia. Eran 34 enmiendas del grupo de ultraderecha que está empeñado en que el sistema implosione, y que no pierde ocasión para poner dinamita. En una ley-cajón de sastre (ahora, cajón desastre) que es bandera del Govern de Prohens, la de simplificación administrativa, que modifica otras 50 leyes. Los diputados ni siquiera tenían que reflexionar sobre cada enmienda para tomar una decisión. Sólo tenían que hacer caso a la portavoz adjunta de su grupo, que es lo que hicieron diligentemente.

Muchos políticos se lamentan de la mala imagen de su gremio con una letanía victimista en la que echan la culpa a redes sociales, odiadores profesionales, demagogia barata, antisistemas, bulos y un sinfín de azotes externos a ellos. Pero ¿cómo pretenden que se les tome en serio si cuando quieren votar no votan sí, y nos sumen en el caos y en la incertidumbre? Porque recordemos que ellos son los que hacen las leyes que nos rigen a todos. Y cobran por eso.

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