El espectáculo de la puesta de sol en Ibiza

¡Oh, Ibiza! Isla mágica y con puestas de sol únicas. Este espectáculo natural que a muchos nos deja hipnotizados también ha sido víctima de la popularidad de la isla. No es algo nuevo, pero parece que los turistas no aprenden. Cada verano, al atardecer, el plan es subir al coche y dirigirse hacia el oeste de la isla. Los lugares estrella, por su misticismo adquirido: Benirràs, con su toque de tambores o Cala d’Hort, desde donde las vistas de es Vedrà son espectaculares.

La masificación de turistas ha transformado lo que solía ser un momento con cierto encanto en una experiencia agobiante y, en muchos casos, también para esos mismos visitantes, decepcionante. Y es que muchos de ellos, si no son lo suficientemente previsores, acaban viendo cómo se va la luz del día subidos en sus coches y atascados entre cientos de vehículos más que se dirigían al mismo lugar.

Y se enfadan, se indignan, se quejan y acaban lamentándose de haber perdido una tarde de sus vacaciones así. ¡Igual lo mejor sería no haber venido! Esto está demasiado lleno de gente. Pues mira, sí. Igual sería lo mejor...

La belleza de la puesta de sol en Ibiza hace tiempo que se ve eclipsada por la multitud, los ruidos y la lucha por encontrar un buen lugar para disfrutar del espectáculo. En realidad, igual que ir a la playa en esta época.

En contraste, hay otros destinos turísticos que ofrecen la misma belleza natural sin el agobio de las multitudes. Igual estos turistas ansiosos de puestas de sol mágicas viven en algún lugar donde los atardeceres nada tienen que envidiarle a Ibiza. Pero ellos ni lo saben. Al final, el sol se esconde en todos lados y la esencia del momento, a mi parecer, está en la tranquilidad y la conexión con el entorno.

La masificación de Ibiza está llevando a muchos a replantearse la elección de su destino. Lo entiendo. Quienes vivimos aquí también elegimos irnos en verano. En agosto, yo disfrutaré de las puestas de sol tranquilamente en el Mar Menor.

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