La normalizazión de las pateras

En los últimos años, por estas fechas, las Pitiusas, especialmente Formentera, son el punto de llegada de decenas de personas procedentes del Magreb. Al principio, hace ya casi 10 años, los periodistas cubríamos estas llegadas como algo excepcional. Incluso intentábamos describir el lado humano de las personas que persiguen un sueño tan sencillo que casi ni lo llegamos a entender porque solo pretenden vivir como nosotros. A pesar de que la vida de familias enteras está en juego -como en la última patera que ha llegado a Formentera, con mujeres y niños a bordo-, ya hemos normalizado la tragedia y asumimos, de tanto contarlo, que personas que no conocemos emprendan un viaje a lo desconocido en el que pueden quedarse en la travesía. Recibimos los datos fríos: tantas pateras, tantas personas en buen estado de salud, el lugar de llegada o el punto en el que han sido interceptados. La Guardia Civil se hace cargo (trabajo encomiable) y con eso ya lo tenemos todo arreglado. Nos ponemos una venda en los ojos porque no nos gusta lo que vemos. Luego está la Cruz Roja. que en Ibiza (en Formentera no hay) atiende a estas personas y, además de lo necesario, les da algo tan sencillo como el calor humano. Y eso no tiene precio.

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