El norte de la isla de Formentera, desde el puerto de la Savina hasta es Pas des Trucadors, es uno de los espacios naturales más frágiles en donde, a pesar de su protección dentro del Parque Natural, la degradación avanza lenta e inexorable. De todos es conocida la riqueza de este ecosistema, no solo en sus aguas, sino también en toda su franja litoral, tanto en ses Illetes y en Llevant como en su interior. Los espacios húmedos que forman toda la arquitectura de estanques salineros y s’Estany Pudent están protegidos por diversas leyes europeas, nacionales y autonómicas, pero a pesar de estudios y recuentos de aves, poco más se hace para su recuperación. En cuanto al patrimonio salinero, literalmente se cae. Como ejemplo allí está la casa de la noria, parte de cuyo tejado se derrumbó hace años y así sigue. Se han derrochado discursos y declaraciones de buenas intenciones para recuperar un patrimonio que forma parte de la memoria histórica de varias generaciones, pero con el paso del tiempo y de la inacción de las administraciones peligra caer en el olvido. La afección de la Ley de Costas en la zona no puede ser impedimento para recuperar y cuidar de un espacio único, cuyo deterioro se acelera a medida que pasan los años.
