Abascal pone firmes al general

La política es puro teatro -pocas veces del bueno-, y no digamos ya en temporada electoral. De ahí que para nada nos tiene que extrañar la comedia de enredos que escenifican el PP balear por un lado y Vox por el otro.

La hoja de ruta de la nueva alianza conservadora pasa por que Marga Prohens gobierne sin consellers de ultraderecha, evitándose así una legislatura tensa, pero para llegar a este escenario los dos actores tienen que hacer creer que negocian primero y ceden después, todo ello en aras al interés general. Entremedias tiene que haber rifirrafes y desencuentros, para que no parezca que uno se sacrifica más que el otro. Un paripé, vamos.

Y en esas estamos. Solo que en nuestro caso los de Vox se han saltado por completo el guion, y de primeras ya han mostrado su renuncia a formar parte del Govern y del equipo de gobierno de Cort, conformándose con la presidencia del Parlament para la diputada de Vox Idoia Ribas, que era el final pactado al que tenían que llegar... después de intensas semanas de negociaciones. Desde Madrid, Santiago Abascal ha tenido que hacer ahora un 155 en toda regla a su partido en las islas para evitar que los populares, aparte de dejarles las migajas, no monopolicen el 23J el voto útil de los simpatizantes de Vox.

Poco amante de hacer papelones, nada le habrá gustado al general Fulgencio Coll tener que desdecirse, y donde afirmó que no quería ser concejal de Jaime Martínez exija ahora plaza en mando. Que se vaya acostumbrando a los vodeviles.

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