en corto

Análisis en frío de una gran pasión

Llegará el día en que sin fervores políticos –siempre malos para el análisis ponderado– se estudie el fenómeno sociopolítico del antisanchismo como se merece. El estudio debería empezar caracterizando sus rasgos principales –potencia, intensidad, transversalidad– y detectando el vórtice principal del que mana el odio a Sánchez, para mí muy claro: su cuestionado modo de superar el secesionismo catalán (el mayor problema de España hasta hace bien poco), o sea, pactando con el «enemigo», indultando y hasta cambiando leyes. El golpe secesionista fue una quiebra tectónica en la conciencia nacional española que liberó materiales de altísima temperatura. La conversión de esa fuerza interna en un «plebiscito» contra el «nacional» que luego arriesgó un pacto explicaría la intensidad del odio, que el 28M devastaría la biodiversidad política, asolando municipios y autonomías vinculados al odiado.

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