Formas de fracasar

Juan José Millás

Juan José Millás

Veo caer y estrellarse la gota de colirio sobre mi ojo como las últimas sondas espaciales se estrellan contra la superficie de la Luna. La Luna está llena de desengaños expresados en forma de chatarra. Algunas de las gotas de colirio caen fuera del globo ocular y tengo que corregir la trayectoria. Luego parpadeo para extender el líquido, adopto la posición vertical y me asomo a la ventana. Es de noche y parece que tengo la Luna al alcance de la mano. Hace años, me gustaba observarla con un telescopio doméstico, pero me cansé de sus cráteres deshabitados y sombríos. Vivo en una calle de poco tránsito. A veces, activo la cámara del timbre y observo lo que ocurre en ella. De vez en cuando pasa un viandante. Un viandante en blanco y negro, misterioso, opaco, irreductible.

La observación. El voyerismo. La mirada. La pulsión escópica. Mirar una naranja proporciona placer. Mirar el escaparate de una joyería proporciona placer, lo mismo que mirar un puesto de frutas o un arcoíris. La comida no se empieza a digerir en la boca, sino en los ojos. La televisión se inventó para proporcionar cantidades masivas de objetos observables. Quiero decir que la cerámica que tenemos en la cocina está bien, es muy artística, da gusto deslizar por su vientre la mirada, pero se mueve poco o nada, a menos que seas tú el que la cambies de lugar. El cuadro de Las Meninas es genial, pero el vigilante de la sala de Velázquez, en el Museo del Prado, acaba de Las Meninas hasta la coronilla. Lo primero que hace cuando llega a casa es encender la tele para que sean las imágenes las que pasen ante sus ojos y no sus ojos ante las imágenes.

La televisión se parece a la pornografía en ese continuo mete-saca que constituyen los colores en danza. Con frecuencia, no atendemos a los contenidos temáticos, sólo al movimiento de las formas porque el movimiento da placer a la retina. Pienso en todo ello desde que utilizo colirios que mantienen en forma el humor vítreo. Cuando el humor vítreo se deteriora, aparecen las moscas volantes que se estrellan contra el globo ocular como las sondas contra la Luna. Una gota de tinta acaba de precipitarse sobre una frase la cuartilla. Dos mellizas se arrojaron desde un sexto piso al fondo de un patio interior, en Oviedo, hace unos días. Veo caer y estrellarse la gota de colirio etcétera.

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