Pasapalabra, hay esperanza

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

La era digital ha permitido que los periodistas y también los lectores, en el caso de los medios escritos, sepamos cada día cuáles son las noticias más leídas de un medio de comunicación. Antes, con el periódico únicamente en papel, lograr conocer qué interesaba más al lector era mucho más difícil, pero ahora, cada jornada tenemos un top 10 o un top 5 y, en los últimos meses, me ha sorprendido gratamente que un programa de televisión, Pasapalabra, estuviera en ese podio, incluso varias noticias relativas al programa.

Mi principal conclusión es una: hay esperanza. Que un programa que se basa en el conocimiento, que premia la cultura general y el esfuerzo por aprender de una persona, tenga tanta audiencia y suscite tanto interés deja en evidencia a aquellos que defienden que la telebasura existe porque se consume.

Estos defensores del seudoperiodismo de rumores, del que hurga en la vida personal de los famosos, a veces incluso con la connivencia de estos, alegan que, si no hubiera demanda, si no se consumiera el producto, desaparecería.

No les quito la razón y en realidad me apena que así sea, pero programas como Pasapalabra y, sobre todo, audiencias como las de este programa, han demostrado que un buen producto, alejado de la telebasura, también tiene interés y demanda.

Y si no que se lo digan a Saber y Ganar, el programa más visto de La 2 y que lleva ya emitiéndose 24 años, y los que les queden a Jordi Hurtado, si se me permite la broma.

Hay esperanza en la sociedad española si tantos espectadores son seguidores fieles de programas como los anteriores, en los que efectivamente los concursantes son un ejemplo de la cultura del esfuerzo que muchos políticos defienden pero que pocos practican.

Y si además, el ganador de un bote de más de dos millones de euros da una lección de apoyo a lo público valorando como algo positivo que le vayan a quitar casi la mitad para que Hacienda lo gestione en lugar de rasgarse las vestiduras por llevarse un dinero que él ha logrado, apaga y vámonos. Chapó por la demostración de solidaridad con el resto de los españoles.

Eso sí que ha sido el broche de oro de un concurso que, como Saber y Ganar, ha demostrado que los españoles tenemos un mayor nivel intelectual y merecemos productos a la altura.

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