Desde la Mola

Apreturas

Valentín Villagrasa

Valentín Villagrasa

Miércoles de vísperas, porque estamos a cuatro días del domingo de ramos y es tiempo de aperturas. Muchas de ellas precipitadas, con cosas que acabar y al grito de ‘corre, corre que te pillo’. Todo sinónimo de apreturas (casi debería escribirlas en mayúsculas). Obras sin terminar (mayores y menores, según licencia) detalles con visos de desastre (la nevera de blancos no funciona, mecachis) llama a éste o aquel profesional, que ni siquiera coge el teléfono (porque está en otro incendio) no han llegado los platos nuevos con el logo, faltan algunas copas y gente en Cash Lotto con las compras del olvido. Estamos en la primavera de los primeros calores, la otra, la que huele a verano empieza a primeros de mayo con las aperturas de la playa. Por ahora nos conformamos con lo de los ‘viernes al sol’ y los jueves de atención meteorológica visionando en el móvil si mañana hace buen tiempo y la dirección del viento porque de eso dependerá que el fin de semana sea de ‘hamburguesa payesa’ en bartolito o espagueti y lentejas a la ‘romana’ en el Lucky o paella en el Maysi (que se ha puesto de moda). Algunos prefieren los platos de Giacomo en el sueño para disfrute de la cocina de autor.

En este miércoles de ‘dolor’ según calendario católico, ya tenemos algunas y variadas opciones para los de ‘casa’ y visitantes varios (pocos, pero buenos). En es Caló está casi todo abierto, en la Mola también. Me gusta cuando veo llenarse los fines de semana con ‘baixeros’ que ascienden a los ‘cielos’ aunque sean de tarde en tarde. Lo mejor es que empieza a sentirse lo de la temporada está aquí… Ahora todo son prisas, primero por tener listas las infraestructuras. La siguiente será completar las plantillas (difícil empeño en las condiciones actuales). La primera pregunta del test profesional, incluido el psicotécnico, es: ¿tienes alojamiento? La respuesta condiciona, y mucho, el resultado de la entrevista… aquí el currículo pasa a un segundo plano (si encima eres bueno estamos punto de cantar bingo). Ya no digamos si eres propietario y dispones de habitaciones para alquilar al personal… entonces eres candidato/a a ‘braguetazo’. La situación se torna dramática cuando nos salimos del mero hecho de completar plantillas y entramos en las personas con trabajo fijo (ella y él) con hijos escolarizados y que por mor de esa escasez de oferta (decente) se estén planteando buscarse la vida en otros lugares… y no por precio, sino por disponibilidad. Lo peor es que no hay planteamientos políticos, ni siquiera a largo plazo.

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