No hay cama ‘pa’ tanta gente

Elena González

Elena González

Ni acabando con toda la oferta de alquileres turísticos, que no lo harán, en parte porque en esta sociedad corroída por la codicia y el «no es justo que el vecino se forre y yo no», los que especulan también son electores y, en ocasiones, hasta familia o amigos de los elegibles, se resolverá el drama de la vivienda en Ibiza. Con la deriva que llevamos, o se frena, o nos ponemos a construir como posesos, rematamos definitivamente la isla y, parafraseando lo que no dijo María Antonieta, ‘si no tienen agua que beban cerveza’. Sólo hay que oír a las muchas voces que claman hoy por el aumento de la edificabilidad, empezando por algunos de aquellos que, como denunció el maestro Àlex Julià en Formentera, «exigen servicios públicos de calidad mientras alquilan sus pisos a precios desorbitados» y, añado, esperan que sea la Administración la que resuelva la papeleta con el dinero de todos. Yo no defenderé que sobramos gente porque la mayoría de los que llegaron fue porque el mercado, o la necesidad, los llamó y aquí fundaron su familia y porque me parece muy peligroso que alguien se arrogue el derecho a decidir quién está de más. Pero sí que no hay, ya, crecimiento «sostenible»..., y se crece. Más turistas, más negocios, más servicios, más mano de obra, más especulación... Si no se rompe con esta dinámica, nunca dejará de faltar vivienda en Ibiza, arreciará el clamor social y, por intereses políticos o económicos, los poderes públicos levantarán una tras otra las cortapisas a la construcción, pese al agotamiento de los recursos naturales, hasta que la isla acabe siendo toda ella una macrourbanización. Hasta convertirla en ladrillo y secarral.

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