En corto
La moción: Tamames
Como esos viejos matadores que vuelven a los ruedos por pura necesidad para hacer algo de caja, Tamames regresa para pillar algo de gloria, pero ¿qué tiene de malo? Si necesita meterse un piquito de importancia hace bien, pues chupará cámara a tope, inyectándole botox al ego, que a cierta edad anda tan alicaído como las bolsas de los ojos (entre otros colgantes). Tampoco pierde nada sermoneando urbi et orbe en plan abuelo-batallas, y en cosa de coherencia ya la había perdido hace mucho, además de estar sobrevalorada. ¿Hay algo de malo en trabajarse una erección tan a destiempo, si se hace dentro de la ley? Hay cientos de miles de octogenarios y nonagenarios para los que ver un coetáneo todavía batallador podría ser un vigorizante. A los septuagenarios Tamames solo por subir a la tribuna nos devuelve a la segunda edad aún deplorando lo que diga. ¡Temblad, jóvenes pretenciosos!
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