Se avecina ola de desahucios

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Se avecina una ola de desahucios. No me lo dice ninguna bola de cristal, lo dice el recibo de la hipoteca, ese documento que estafa más que una hechicera con turbante y que es capaz de adivinar el futuro con mayor claridad. Y eso me dice. Que se nos viene encima un tsunami de personas y familias que no van a poder hacer frente al pago de su hogar. Cosas del Euríbor, que se ha venido tan arriba que no son capaces de verlo ya ni en la estación espacial. Quienes hayan tenido la mala suerte de revisar su mísera hipoteca en las últimas semanas se habrán llevado un susto morrocotudo, eso si no han acabado en Urgencias con un ataque de ansiedad, al ver el pico que les ha cobrado su banco. Entre 200 y 300 euros más ¡al mes! por una hipoteca normalita, de un pisito. Una tortura. Un paso de gigante más hacia la pobreza. Teniendo un trabajo. Las eléctricas nos han condenado a ver la televisión a oscuras y optar por platos fríos porque mientras sus beneficios aumentan, apenas podemos lidiar con la factura de la luz. La lista de la compra está tan disparada que la llenamos de pan, la vaciamos de producto fresco y comenzamos a ironizar con que, al precio que están los tomates, pues casi que nos pasamos al caviar. Y ahora los bancos, esos que en los anuncios dicen que cuidan de ti, te dejan al borde de la indigencia. Y nadie hace nada.

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