La extraordinaria Bobbi ‘Wonder’

«La historia real de una niña volcada en acabar con una plaga de insectos en su pueblo es un referente poderoso. Bobbi tiene 9 años y su colección de moscas forma parte ya de los archivos científicos»

Carol Álvarez

Carol Álvarez

Una niña, la curiosidad por la ciencia, el racismo, la policía y un final feliz, que promete una carrera científica y el reconocimiento de la comunidad. No es un argumento de la última película de Hollywood, sino una historia que ha ocurrido hace unos días, en EE UU, y que tiene la magia de la verdad verdadera: la pasión mueve montañas, la vocación prende la mecha en referentes.

La historia la reveló una publicación universitaria de la Yale School of Public Health al anunciar en su web que la comunidad universitaria de Yale ha honrado a la pequeña Bobbi Wilson, conocida entre familia y amigos como Bobbi Wonder, por su labor en la erradicación de un insecto invasor -la mosca linterna, se llama- que es una pesadilla en su pueblo natal, en Nueva Jersey. Bobbi tiene 9 años y su colección de moscas capturadas forma parte ya de los archivos científicos, lo que la reconoce como la científica más joven en donar una aportación de estas características.

Pero Bobbi dio antes un susto a su mundo. Hace unos meses, cuando empieza en realidad esta historia, fue denunciada por un vecino que la vio vagando por el barrio a la busca de insectos que trataba con una mezcla de agua, vinagre y jabón para combatir la plaga. La policía la detuvo por considerarla sospechosa, en medio de la gran polémica que rodea las actuaciones policiales contra la población afroamericana en el país.

El incidente llegó a oídos de la Universidad de Yale, que quiso presentarle a otras mujeres científicas negras, a mujeres que desarrollan la profesión que aman sin ser coartadas. Bobbi Wonder ante su futuro, inspirador, pero a la vez modelo de vocación temprana para otras muchas.

Hace años que el movimiento que busca promocionar vocaciones entre las niñas para saldar la brecha en carreras científicas que las separa de los hombres mueve palancas. Los referentes han sido importantes. El nombre de Marie Curie se gastó de tanto usarlo, y ya hace años que la búsqueda de referentes se centra en aquellos que conecten mejor con las nuevas generaciones. El cine y la televisión, la cultura, han empujado ahí, y el efecto Scully, así se llama el impacto en las nuevas vocaciones que generó la protagonista de la serie Expediente X, una científica en el FBI luchando para desvelar misterios inexplicables.

Un estudio de The Geena Davis Institute on Gender in Media y J. Walter Thompson Intelligence arrojó que el 63% de las científicas americanas que tenían apenas 12 años cuando se estrenó la serie en Estados Unidos vieron marcada su vocación por Dana Scully y, sin su referente, probablemente no se habrían volcado en la ciencia.

De la ficción a la realidad, imaginemos por un momento el peso que tienen las influencers en el modelo de vida y de aspiraciones de la sociedad y qué pasaría si fueran científicas, exponiendo en redes sus fotos en laboratorio, compartiendo tiktoks y comercializando productos con sus rostros, firmando autógrafos… poner de moda la ciencia en femenino, como va logrando poco a poco el deporte, no es un techo imposible.

La primera científica española que se enrola en una misión de la NASA ya es realidad, y Sara García Alonso sigue su cruzada en busca de terapias contra el cáncer desde un deslumbrante escenario. La jefa científica de la NASA, Katherine Calvin, es una experta en clima y el futuro de la humanidad pasa también por ella. La nueva jefa de aterrizaje y recuperación de Artemis se llama Lili Villarreal y encontró su pasión cuando visitó a los siete años, con su familia, el complejo de visitantes del Centro Espacial Kennedy en Florida. El futuro ya ha empezado.

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