El ladrillo, el nuevo lingote de oro

Rita Vallès i Serra

Rita Vallès i Serra

En Barcelona se ha vendido el ático más caro de España. Un dúplex de unos 600 metros cuadrados en un edificio en Passeig de Gràcia-Diagonal (las vías más caras del Monopoly barcelonés) que ha comprado un particular extranjero por la friolera de más de 40 millones de euros. Vale que el diseño es obra de un Premio Nacional de Arquitectura y que tiene unas vistas privilegiadas, pero el precio, que ha batido todos los récords de venta en España, hace que me explote la cabeza. Nos hemos vuelto locos. Y no solo en las grandes urbes. En esta isla los precios de venta de cualquier piso son también estratosféricos. Que la vivienda sea objeto de la especulación más salvaje acarrea muchos efectos adversos. El principal, como bien saben en Cáritas Ibiza, es que el precio del alquiler impide, incluso a personas que trabajan a tiempo completo, vivir bajo un techo digno y llegar a fin de mes. El estudio de vivienda que ha presentado VIla esta semana no aporta una fotografía real de la situación, entre otras cosas porque más de 3.000 propietarios no han respondido a la encuesta. Y concluir que el 80% de los alquileres supera los 700 euros suena a broma pesada cuando tantas personas pagan ya esa cantidad en Ibiza por una habitación en un piso compartido. Quien tiene una casa tiene una mina de oro. Y mientras haya gente dispuesta a pagar lo que sea, no bajarán los precios. La codicia, no el amor, es lo que mueve el mundo.

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