Shakira, más lobas y menos caperucitos

Pilar Garcés

Pilar Garcés

A la pregunta de si el vicepresidente ultraderechista de Castilla y León se hubiese atrevido a explicar con esa desfachatez a un auditorio formado por tres docenas de Shakiras cabreadas su plan de tratar a las mujeres de su comunidad como ciudadanas de segunda categoría, incapaces de tomar decisiones individuales sobre su salud reproductiva, la respuesta es no. Mejor lobas que corderas, amigas mías. Que hay mucho caperucito suelto, embozado en el bosque preelectoral tratando de meter en la agenda política retrocesos en los derechos de siempre las mismas. Si García-Gallardo tuviera en su despacho una loba, en el sofá de su casa una loba y se cruzase por la calle con tres lobas del bracete que le enseñasen los dientes, grrrrr, tal vez se lo pensaría dos veces antes de mandar a las mujeres al psicólogo cuando han tomado la decisión soberana de interrumpir su embarazo. Debe ser un abogado de tres al cuarto el tal Gallardo, que no sabe que es ilegal pasarse una ley por el forro, ni que sea la del aborto. Pero ahí está, con sus delirios catetos en cuatro dimensiones como las ecografías que no ofrece a las gestantes voluntarias y sí promete a las que quieren abortar; está ahí porque muchos y muchas le han votado. Pero sobre todo porque el PP le ha dado la mano para gobernar, sabiendo que en su cestita lleva toda clase de propuestas chiripitifláuticas racistas, homófobas, fascistas y machistas, y ahora tiene que salir el presidente Mañueco con los tobillos mordisqueados a decir que no, que falsa alarma. A dónde crees que vas, Caperucito de Vox, confundiendo nuestros úteros con las témporas. Te van a comer las lobas por salirte de tus banderas y tu unidad de España, que son temas fáciles de cantar hasta para tipos como túuuuu. La gestación déjanosla a nosotras, que llevamos en ello desde que el mundo es mundo. Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan, paren y votan. Hay que votar como lobas, y no como corderas.

Se agradecen las lecciones de maternidad procedentes de caperucitos como el vicepresidente castellanoleonés, de su compadre Mañueco, del silente Feijóo y de los miles de internautas preocupados por el bienestar de los hijos de Shakira, ahora que ella ha hecho un temazo que ha merecido ya más de cien millones de reproducciones, dando su versión de su ruptura con Piqué. Aunque harían mejor en preocuparse de los descendientes de las mujeres que han sufrido las infidelidades en silencio, como el famoso anuncio de pomada contra las hemorroides, porque parecía que son algo vergonzoso de lo que la traicionada tuviera la culpa. Los niños de Shakira tienen en su madre el ejemplo de persona que expresa lo que siente, que sufre y vuelve a coger las riendas de su vida sin deleitarse en el papel de víctima. Shakira se ha ahorrado un dineral en terapias, y sus pequeños han recibido una lección impagable de lo que puede ocurrir cuando no tratas con respeto a tu prójima. No sé dónde andaba García-Gallardo mientras la loba colombiana se merendaba con patatas todo el machirulismo de este país. No se imaginaba que su propuesta de intervenir en las matrices de señoras a las que no conoce de nada iba a nacer con la banda sonora del himno de Shakira al power femenino. No se puede tutelar a las mujeres como si fuesen lerdas o corderas; no van a tener hijos cuando lo mande un tipo como túuuuu, Caperucito. Porque son lobas y te van a despellejar, sin disimulos y con una sonrisa en la cara. Ñam.

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