Editorial

Fitur, un buen arranque de temporada

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La primera feria turística del año, Fitur, cierra con muy buenas perspectivas para la temporada. El aumento de precios en el sector (un 7% de media en las Pitiusas), ocasionado por la inflación, y las incógnitas sobre la evolución económica de países clave para nuestra industria -Alemania y Reino Unido, fundamentalmente- no empañan el optimismo generalizado entre empresarios y responsables institucionales.

Los españoles fueron en 2022 el principal contingente de turistas que recibieron Ibiza y Formentera, lo que tiene que ver con el impulso que durante la pandemia se dio a los viajes de corta distancia a destinos nacionales que garantizaban la seguridad sanitaria. Existía la duda de si el mercado nacional se contraería al volver la normalidad de los viajes sin restricciones, pero la buena noticia es que, al contrario, se ha consolidado y compensado las caídas de otros mercados, hasta el punto de que el gasto turístico en las Pitiusas alcanzó los 610 millones de euros, el más alto de la historia y 250 millones más que en 2019 (el año anterior a la pandemia). La edición de Fitur que acaba hoy ha sido por tanto un escaparate extraordinario que han aprovechado instituciones y empresarios para dar a conocer las ofertas, novedades y atractivos de las Pitiusas para este año, conscientes de la importancia extraordinaria que tiene el mercado nacional para la economía de las islas y de que no se debe descuidar.

Otra de las conclusiones que deja la feria turística de Madrid, abarrotada como no se recordaba, es que hay muchas ganas de viajar después del paréntesis de la pandemia, a pesar de la crisis que afecta a toda Europa, que no tiene visos de remitir a lo largo de este año, más bien al contrario. La reconversión del sector hotelero para aumentar la calidad y la subida de precios que registran las islas (una tendencia que se ha afianzado desde hace ya unos años) ha incrementado la clientela de alto poder adquisitivo, que no se ve tan afectada por la crisis como la clase media o la media baja, cada vez más empobrecidas por la inflación y que sí se ve obligada a recortar o a suprimir gastos como las vacaciones para poder cubrir sus necesidades básicas. Esta situación significa que la crisis tendrá un impacto diferente en función del tipo de cliente al que se dirige cada establecimiento: de hecho, los hoteleros sostienen que a partir de cierto umbral de precios, no notan que las subidas afecten a la demanda.

Fitur nos deja más buenas noticias: el acuerdo para construir la segunda fase del Palacio de Congresos, una reivindicación histórica de la isla de Ibiza ante el Govern balear y que hasta ahora había obtenido el desdén por respuesta. El Govern, el Consell y el Ayuntamiento de Santa Eulària han acordado acometer la parte que falta de esta infraestructura fundamental para que la isla pueda atraer otro tipo de turismo durante todo el año, el de convenciones y congresos, que permite mantener actividad económica fuera de temporada, diversifica el destino y crea riqueza y puestos de trabajo. Una buena noticia, aunque es una pena que el compromiso del Ejecutivo haya tardado tanto: los planes para dotar a la isla de un Palacio de Congresos se remontan al año 2000, el edificio actual se inauguró en septiembre de 2008 y desde entonces hasta ahora, ningún Govern, ni del PP ni del PSOE, había apoyado la conclusión de estas instalaciones tan relevantes para la isla. El presupuesto será de 21 millones, de los que diez los aportará el Govern (ocho de ellos procedentes de los fondos europeos), cinco el Consell y otros cinco el Ayuntamiento. La cercanía de las elecciones ha servido para desbloquear este proyecto al fin, atascado desde hace 15 años.

Otro gran anuncio hecho en Fitur es el plan de reconversión de zonas maduras de sol y playa del que informó la ministra de Turismo, Reyes Maroto, aunque aún falta conocer los detalles y cómo afectará a las Pitiusas para poder valorarlo en su justa medida.

Pero sobre la temporada se ciernen también nubarrones, ya conocidos, y que cada año son más alarmantes si cabe: el problema de completar y mantener las plantillas, especialmente en los hoteles (pero en general en todo el sector), debido a la dificultad para conseguir vivienda en las islas a un precio asequible. La falta de trabajadores cualificados dificulta y hasta impide el funcionamiento adecuado de las empresas. Los hoteleros admiten que no saben qué hacer al respecto, pero por otro lado se afianza la tendencia a adelantar las aperturas de los alojamientos (incluso en marzo, la mayoría en abril) y las discotecas. La tan ansiada desestacionalización, alargar la temporada por los extremos, se consolida año tras año, pero esa buena noticia tiene su cara negativa en el grave problema para encontrar empleados. Un lastre que volverá a gripar el sector el próximo verano, pues aunque el diagnóstico está muy bien hecho, faltan medidas y soluciones y un abordaje integral del problema, que supone hoy por hoy la mayor amenaza a la que se enfrenta la próspera economía pitiusa y el mayor riesgo para su cohesión social.

DIARIO DE IBIZA