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Llama la atención

Vertidos de la planta de depuración de aguas

Los más de 22 millones de euros que debe invertir la conselleria balear de Medio Ambiente en el mantenimiento de la decena de plantas de depuración de agua que gestiona en Ibiza (otro millón y pico se van para la de Formentera). La inversión es para tres años, pero a la espera de que finalice la construcción de la nueva depuradora de Ibiza, que se eterniza (depende del Gobierno central), los vecinos de la avenida 8 d’Agost y los usuarios del puerto tienen que soportar el hedor insoportable que generan los continuos vertidos de aguas fecales de la antigua planta, ya obsoleta. En cuanto caen cuatro gotas, el torrente de sa Llavanera se llena de materia fecal. Y las inversiones no acaban con este problema.

El robo de parte del cableado de cobre en el sistema de iluminación viaria en los accesos a Puig d’en Valls y Jesús. El Consell de Ibiza ha denunciado esta sustracción, que no es la primera vez que se produce, en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía. Y ahora toca reponer el cableado, con el correspondiente gasto de dinero público.

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