Diario de Ibiza

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Verónica Fumanal Callau

No olvidemos sus nombres

Las cartas perdidas’ es una película documental de Amparo Climent sobre las mujeres republicanas durante la guerra civil y los primeros años del franquismo. Es un contenido imprescindible para entender la doble crueldad infligida a las mujeres por parte del bando nacional, en tanto que republicanas y mujeres. Humilladas, vejadas, violadas, asesinadas, mujeres que querían seguir viviendo en libertad, que veían en el franquismo la cárcel conservadora y fascista que las relegaba a ciudadanas de segunda, sin personalidad política, profesional, humana, pudiendo ser solo lo que sus padres, hermanos e hijos les permitieran ser.

Climent, y todo el elenco de maravillosas actrices, te hace sentir el desasosiego de ser una mujer en el franquismo: perseguida, humillada, dolorida, sin posibilidad de vivir con tu familia, con tus hijos, sin poder amar o perseguir tus sueños, sin pasado, presente o futuro. El desgarro vivido por esas mujeres fue tan fuerte que el documental me produjo una profunda tristeza y rabia. Los aplausos que siguieron los créditos me devolvieron a octubre de 2022. Cuando salí a la calle, recuperé mi conciencia de mujer libre, con derechos, con discriminaciones sufridas también, pero nada en comparación con lo que padecieron las escritoras de esas cartas perdidas.

Inmediatamente después, una pregunta sacudió mi mente. ¿Por qué no había nadie entre los asistentes de partidos conservadores pero demócratas y, según ellos, defensores de los derechos de las mujeres? Vox sabemos que es un partido nostálgico de extrema derecha posfranquista, pero, ¿por qué el PP o Cs no se sienten concernidos por hacer justicia histórica y recuperar una memoria que no permita olvidar el nombre de estas mujeres? Me parece absolutamente imposible que a demócratas convencidos les parezca inoportuno condenar el golpe militar del 36, reconocer el derecho de los familiares y de la sociedad a conocer la verdad, recuperar a la víctimas de las fosas y cunetas, declarar ilegales los tribunales franquistas que condenaron a inocentes hasta la pena de muerte. Y sobre todo, les parezca improcedente que la historia se estudie y se conozca en los centros educativos como antídoto para que el horror no se convierta en olvido que es la manera de repetirlo. Parecen objetivos nobles de una democracia que tiene en su pasado reciente una dictadura tan larga, devastadora y cruel. Sin embargo, PP y Cs votaron en contra de la ley de memoria histórica recién aprobada. Inaudito.

Al final, la suerte demográfica e histórica ha hecho que viva en una sociedad democrática en la que soy y me siento libre como mujer, para vivir, amar, trabajar y opinar como quiero. ¿Hay desigualdad y discriminación en España hoy? Sí, las mujeres sufrimos violencia de género, brechas laborales y de cuidados, cosificación, y un largo etcétera de macro y micromachismos que perviven. Por eso, tenemos que seguir luchando por la igualdad legal y efectiva, pero siempre con la memoria del sufrimiento de aquellas mujeres republicanas que lucharon, sufrieron y murieron por nuestros derechos. Gracias.

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