Una izquierdita bastante perdidita

Atada de pies y manos para llevar a cabo el menor asalto a la economía, so pena de darle la puntilla, la izquierda más a la izquierda da trabajo al personal a su cargo plantando nuevos parterres con florecillas en el jardín del Estado de bienestar socialdemócrata. En el parterre animalista prosigue en el titánico esfuerzo de extender los derechos humanos a la fauna, ahondando en la división de clases entre animales: mascotas con derecho al salón de la casa, animales de boca con derecho a buena muerte y animales salvajes con derecho a control de especie. En el parterre humano se dan nuevos pasos en la dilución de los géneros y la plena movilidad entre ellos. Mientras tanto los indígenas de la jungla exterior nos miran con estupor, cargando pilas con nuestra lúdica cohetería, pensando tal vez (en su infinita barbarie) que hay que dejarnos hacer para que solitos nos deshagamos.

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