Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Daniel Martín

Opinión

Daniel Martín

El púlpito

Un informativo se ha propuesto acabar siempre con una buena noticia. Alabo tal decisión. Necesitamos que nos ayuden a ver las buenas noticias que ocurren a lo largo del día ya que la realidad de las redes sociales y de la globalización, nos enfrentan a la verdad de todo el mundo. Noticias desde la otra parte del globo nos alcanzan al instante, provocándonos una indigestión de eventos catastróficos. La crudeza de las imágenes roza la inmoralidad y es que a veces, cuanto peor es mejor. Nadie habla de la cantidad de padres que antes de marcharse de casa dan un beso y un abrazo a sus hijos. Nadie habla de esas madres luchadoras que se enfrentan a la vida con una sonrisa perenne en los labios. O de esos abuelos que aceptan con gran misericordia sus propios achaques y los de los demás. Nadie habla de ese profesor que fuera de su horario y de su sueldo se preocupa por sus alumnos como si fueran sus hijos, o de ese enfermero que da la mano con dulzura a aquel que lleva horas o días en una cama sufriendo. Nadie habla de ese cura bueno, que da la vida en lo sencillo del día a día, sin mayor pretensión que acompañar a su pueblo, o de aquel que en el mercado atiende con cariño y delicadeza a todos los que pasan por su puesto. Nadie nos habla del gran milagro de esos jóvenes que además de sus clases tienen extraescolares y además hacen deportes y lo llevan todo adelante, o de aquella vecina que se preocupa del abuelo del quinto que vive solo. Nadie nos habla de las sonrisas que con amor se ofrecen gratuitamente, de los miles de gestos de simple y pura humanidad. Noticias que nos llenan de esperanza y que nos hacen creer que es posible un mundo mejor. No ocuparán primeras páginas, no tendrán una plaza dedicada, no se escucharán en la radio, pero ellos hacen que todo recobre su color. Buenas noticias que, si uno está atento, nos llenan el corazón. Como los niños que son capaces de sorprenderse y de llenarse de ilusión. Por eso, de los que son como ellos, es el Reino de Dios.

Daniel Martín | Sacerdote

Compartir el artículo

stats