u Que la conselleria balear de Medio Ambiente admita la presencia de fecales en las aguas de es Caló de s’Oli donde un vertido contamina el mar desde hace más de dos semanas, pero asegure que esta circunstancia no afecta al baño. Lo cierto es que conociendo lo que hay, no apetece mucho bañarse en esas aguas. Las muestras se recogieron un día después de que Salvem sa Badia, la semana pasada, pidiera a Abaqua controles para evaluar el impacto del vertido que, según Medio Ambiente, podría parar a finales de esta semana, cuando acabe la reparación de la tubería averiada como está previsto.
u Las duras críticas de los veterinarios de Balears a la nueva ordenanza de Santa Eulària para que los dueños identifiquen a sus mascotas mediante un análisis de ADN de sus heces. «Discriminatoria, innecesaria y desproporcionada», así califican una normativa que, aseguran, solo servirá por «inútil» para «tirar el dinero del contribuyente» y para la que no fueron consultados por el Ayuntamiento.
