Diario de Ibiza

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Miguel Ángel Riera

Construyendo futuro

Este domingo nuestra Iglesia que peregrina en nuestras islas de Ibiza y Formentera celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, de manera muy especial a las 18 horas en la parroquia de la Sagrada Familia de Can Boned. Un encuentro con todos aquellos migrantes y residentes en el cual podremos experimentar una vez más la riqueza de la diversidad.

Mientras otros levantan muros y ponen trabas nosotros, como Iglesia, queremos construir puentes. Experimentar que nuestras comunidades sean puntos de encuentro. Bajo el lema «aquí construimos un futuro con migrantes y refugiados» se nos convoca a reconocer la aportación de los migrantes a nuestra cultura, al crecimiento social y económico de nuestras sociedades. No son una carga, no son un problema, son una nueva oportunidad para hacer más humanas nuestras relaciones personales.

Cuando seremos capaces de descubrir que su trabajo, su capacidad de sacrificio, su juventud y su entusiasmo enriquecen a las comunidades que les acogen. Revitalizan nuestros pueblos y nuestras comunidades. Por nuestro lado nos toca favorecer su inclusión, dejar de verles como una amenaza y como un peligro, pues son, como nosotros, hijos e hijas de un mismo Padre Dios.

Construir futuro consiste en descubrir cada día que estamos llamados a vivir todos como verdaderos hermanos que buscan la paz, porque en el mundo en el que vivimos necesita, no más armas, sino más fraternidad para poder convivir todos, ya que hay espacio suficiente para todos y recursos para poder vivir bien y en condiciones dignas. Cuando uno se siente forzado a salir de su tierra, de su país, de sus comunidades, es porque las injusticias han tocado a su puerta. No podemos permitir que esta injusticia crezca cerrándoles las puertas y haciéndoles sentir extraños.

Esta jornada nos recuerda que el futuro empieza hoy y en cada uno de nosotros mismos. No podemos esperar a un mañana que nunca llega, no podemos permitirnos la excusa de que los otros tampoco lo hacen. Es una llamada personal e intransferible. Todos llamados a construir desde nuestro compromiso personal un mundo más justo, solidario, donde reine la paz.

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