Diario de Ibiza

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Valles,-Rita

Para empezar

Rita Vallès i Serra

Inclusión de boquilla

«Se llenan la boca con la inclusión, pero no ponen medios, personal, materiales ni dinero». Esta frase de Susana Ribas, de la asociación Ibiza In, resume a la perfección el postureo que hay con la educación y lo que distan las palabras de la realidad. Lo sabe y lo sufre Irene Moreno, que ha visto con estupor como la muy progresista e inclusiva conselleria balear de Educación suprimía este curso la plaza de auxiliar técnico educativo (ATE) para su hijo, Luca, un chaval que acude a clase feliz en Sant Rafel con sus compañeros, los gatets i gatetes. El niño necesita vigilancia porque tiene un trastorno del espectro autista que a veces le lleva a escaparse o a comer objetos peligrosos que tiene a mano. En la escuela siempre le han tratado con cariño y dedicación, pero Irene sufre porque sabe que su pequeño necesita tanta atención que esto repercutirá no solo en la educación de Luca, sino en el tiempo dedicado por la maestra al resto de la clase. Por si no tuviera una vida lo bastante complicada, Irene ha tenido que redactar y enviar a Educación una carta de reclamación que ha obligado a la cerril conselleria a revisar el caso. La madre confía en que su petición sea atendida y su hijo pueda seguir el curso con sus gatets. Para ello la conselleria ha de recular como ya tuvo que hacer en el sangrante caso de Pablo, si Martí March quiere seguir presumiendo de inclusivo, aunque el único mérito aquí sea de Irene.

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