Diario de Ibiza

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Puede que sea el verano el momento ideal para que la prensa se llene de verdades de perogrullo. Aunque el personaje existía antes de que Quevedo inventara la perogrullada que en su época se prodigaba como hoy. Una de las que más juego ha dado ha sido la de Pedro Sánchez explicándonos que sin corbata se pasa menos calor y que, por tanto, iba a recomendar a sus ministros y ministras que no la llevasen si no era necesaria. La corbata no es necesaria para nadie hoy, y si las chicas la llevan es sobre todo por completar su estilismo con elegancia o con un toque masculino que mola. Yo, al menos no he visto a ninguna ministra con tan elegante prenda, y sí al ministro Garzón, que cuida como pocos su guardarropa. Quizá se niegue a eliminarla, por eso de que a Unidas Podemos le gusta llevar la contraria a la parte socialista de su coalición.

No ha llovido nada en este sofocante agosto después de esta perogrullesca recomendación, cuando el gobierno nos sorprendía de nuevo forzando a las tiendas a instalar artilugios que mantuvieran las puertas de los locales cerradas, perogrullada para impedir que entren el calor presente o el frío futuro sin tener en cuenta que todavía no se ha vencido al coronavirus y aún se recomiendan los exteriores o al menos que fluya el aire para no ser víctima de él, del que se esperan nuevas variantes para otoño.

En la playa los vigilantes para combatir a las medusas recomiendan no bañarse, remedio total para que no te pique nada, ya que es preferible, según los ecologistas guardianes de la costa, que desaparezcan los bañistas a que tan entrañables animalillos, cuya descarga eléctrica es de las sorpresas veraniegas más dolorosas, abandonen su hábitat. -Márchate tú-, le recomendaba uno el otro día a un desconsolado mozalbete.

La última perogrullada que les reservo es la que acabo de leer en un prestigioso rotativo que recomienda no orinar en la piscina. Como lo lee, querido lector. Y no porque sea guarrería y falta de respeto sin par, sino porque la reacción del pis con el cloro puede irritarle los ojos. Vivir para ver.

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