Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Daniel Martín

El púlpito

Daniel Martín

Manos

Ayer paseando vi a un niño de la mano de su abuela. Preciosa estampa que nos hace rememorar cuando íbamos de la mano de un ser querido, sin rumbo ni horarios, sin prisas ni agobios. Nuestra certeza era esa mano, sin más. Ella nos iba guiando y nosotros secundábamos sus mociones. Si uno lo piensa con detenimiento las manos nos han ido acompañando a lo largo de nuestros pasos. Manos apretadas al saludar, al despedirnos. Manos que se ofrecen como consuelo a un enfermo, a un anciano, a alguien que vive en soledad. Manos que, surcadas de arrugas y de años, algunas de ellas machacadas por el duro trabajo del campo, nos hablan y nos crean memoria que salva y reconcilia, que nos llena de amor. Esas manos que un día nos enseñaron a andar, que nos indicaron cosas, que nos levantaron mil veces y que también nos tuvieron que corregir. Por esas manos, por esos rostros, por esas personas concretas, ofrece tu mano. Ofrécela sin miedo al que la necesite. Ofrécela sin esperar nada a cambio. Aunque a veces duela. Aunque parezca que todo está perdido. “Porque tuve hambre y me diste de comer, estuve enfermo y en la cárcel y me visitaste” dice el Señor.

Daniel Martín | Sacerdote

Compartir el artículo

stats