La sobrecarga de los médicos de Atención Primaria de Ibiza y Formentera es la más alta de España, según ha denunciado esta semana el Sindicato Médico de Baleares (Simebal). El deterioro de la asistencia sanitaria en los centros de salud, que los pacientes perciben desde hace tiempo, tiene además como consecuencia la saturación de las urgencias hospitalarias, pues la tardanza en conseguir una consulta con el médico de familia lleva a muchas personas a dirigirse directamente a los servicios de emergencias. Una decisión comprensible, pues hay dolencias y enfermedades que no pueden esperar una semana a que las atienda el médico de cabecera. De esta forma, en las Urgencias del hospital Can Misses acaban casos que, por su escasa entidad, no deberían tratarse ahí, lo cual agrava el colapso que ya de por sí origina la propia temporada turística, cuando la población flotante se dispara en las islas.

Los datos del Simebal son elocuentes: mientras que la media en España es que cada médico atienda a 1.380 pacientes, la media balear sube a 1.800 y en las Pitiusas se dispara hasta los 2.200, lo que representa 800 más que la media nacional, una desproporción que el Govern debe corregir cuanto antes.

La conselleria de Salud no puede ignorar otro hecho muy significativo: prácticamente la totalidad de los médicos de los centros de salud (el 96%) han firmado una petición del Simebal para exigir “una cobertura sanitaria de calidad”, así como la contratación de 30 médicos para Atención Primaria en los centros de salud pitiusos, con el fin de reducir la sobrecarga laboral que padecen. Las peonadas (jornadas extraordinarias) no son la solución, sino un parche ante la falta de médicos. El objetivo debe ser reducir el número de tarjetas sanitarias que tiene asignadas cada facultativo.

Si bien es cierto que las islas son tradicionalmente poco atractivas para los profesionales por el precio de la vivienda y la carestía de la vida, también lo es que el Ib-Salut debe tratar de conservar con buenas condiciones laborales a los médicos residentes que se forman en Ibiza y Formentera.

Otra de las peticiones de la organización médica que la conselleria debería atender es que los usuarios puedan saber cuánto tiempo tendrán que esperar antes de que puedan recibir la atención que requieren, pues es una información que no se debe hurtar al paciente y que tiene derecho a conocer.

Las exigencias del Sindicato Médico, respaldadas por la casi totalidad de los facultativos de los centros de salud de las Pitiusas, son reivindicaciones laborales justas con las que trata de evitar la sobrecarga de trabajo de los profesionales y ofrecer una atención de mayor calidad. Pero por encima de todo son unas reclamaciones que benefician a los pacientes, que sufren en su salud el deterioro de la asistencia primaria. Si el Govern las toma en consideración como debería, no sólo mejorará la atención sanitaria en Ibiza y Formentera, sino que se reducirá la presión sobre las urgencias hospitalarias, podrán rebajarse los mayores costes que origina una asistencia médica tardía, y se pondrá fin, en última instancia, a una más de las discriminaciones que sufre la población pitiusa con respecto a los habitantes de Mallorca y Menorca.

DIARIO DE IBIZA