Ni las Navidades, ni Halloween, ni el Día de Acción de Gracias. Los dramas familiares más bestias aparecen durante las temidas vacaciones de verano, que este año van a ser doblemente duras. La crisis hace que nos juntemos todos en la misma casa, apartamento, bungalow o tienda de campaña para reducir gastos y, del mes de vacaciones que teníamos antaño, pasamos a una semana. La semana donde hay que respirar hondo y desear que todo salga bien. Desde mi humilde columna os voy a dar la solución para que no cunda el pánico y para que, efectivamente, durante las vacaciones, descansemos y no nos matemos entre nosotros.
La solución está en la comida. Si eres rico lo tienes fácil. Cada día desayunas, comes y cenas fuera. Pero claro, si eres rico, estás en Bali en un resort, no en un camping. No es un buen ejemplo. Volvamos a la familia normal y a la solución. Que una sola persona se encargue de la cocina desactiva el noventa por ciento de los jaleos. Hay que tener arte, eso sí. Cada día hacer algo que encante a algún miembro de la familia, dejarlo hecho todo por la mañana y dejar que los demás limpien y ordenen. Parecerá que no paras de trabajar y, en realidad, perderás una hora de vacaciones o media, si tienes una thermomix. No os engaño. Esta es una columna práctica que puede ayudar a muchas personas. Haremos cinco días de comida sana y saludable en un plis plas. Los platos únicos son la clave. Eso de primero, segundo y tercero ya no se lleva. El que se quede con hambre, que repita. Ensalada de lentejas, ensalada de arroz, ensalada de pasta, guisantes con jamón y ensaladilla rusa. Luego haces gazpacho, salmorejo y crema de melón para acompañar. Por la noche, tiras de congelados hechos por ti, por supuesto. Croquetas, cocas de verduras, pizzas caseras y tortilla de patatas. Mucho vino, mucha paciencia y natillas caseras para los más pequeños. Os prometo, que esta es la clave de la felicidad. Tener a todo el mundo relajado y sin pensar que va a cocinar, nos relaja la mente y nos llena la barriga cuando llega la comida a la mesa. Somos mediterráneos, que se note. Buen provecho y buenas vacaciones.