Al hilo de los días, la práctica va construyendo el manual para un nuevo tipo de guerra, propio de la era nuclear, la guerra contenida. A diferencia de los grandes conflictos bélicos del siglo XX, o sea, la Guerra Europea y la II Guerra Mundial, en una guerra contenida los adversarios solo emplean una parte de los recursos militares de los que disponen, salvo como amenaza para el caso de que la guerra dejara de ser contenida. En una guerra contenida la victoria total de una parte sobre otra es casi imposible, pues, antes de llegar a producirse, el riesgo de guerra total (nuclear) se dispararía. Cabe pensar, incluso, que en una guerra contenida las dos partes conocen más o menos cuál será su resultado final, pero la representación física de la guerra, con su legión de muertes, resulta inevitable para «legitimar» el resultado. Confiemos ¡uf! en estar de veras ante este tipo de guerra.
