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Imma Sust

Libertad vs. sometimiento

«No tienes tú una libertad y yo otra. Una ley que le da derechos

a otro jamás me quitará derechos a mí»

La libertad se termina donde empieza la de los demás y viceversa. Frases que se dicen sin pensar, que tenemos interiorizadas como normales y no tienen demasiado sentido. Salen a la luz en las tertulias y debates a favor del aborto o en contra de la ley trans. Libertad solo hay una y es de todos. No tienes tú una libertad y yo otra. Una ley que le da derechos a otro jamás me quitará derechos a mí. La ley del aborto crea mujeres más libres. Lo mires por donde lo mires. Mujeres que deciden lo que hacen con su cuerpo, no con el tuyo. Parece complicado, pero es muy fácil. No te metas en mi vida que yo no me meto en la tuya. Yo no te digo lo que tienes que hacer y espero que hagas tú lo mismo conmigo. No te obligo a abortar, ni a casarte con tu pareja de tu mismo sexo, ni a cambiar de género. Pero si tú lo necesitas, puedes hacerlo. Esa es la libertad. Lo contrario es sometimiento y prohibición. Algunos se llenan la boca diciendo que las niñas de 16 años no están suficientemente maduras para abortar. ¿Pero sí lo están para criar a un hijo? El problema no es la niña que pasa de sus padres. El problema es la niña que tiene miedo a contarle a sus padres lo que le ha pasado. Pues el Estado tiene que ayudar y defender a esas mujeres de 16 años que necesitan apoyo y ayuda. Alguien tiene que luchar por sus derechos si sus familias no están preparadas emocionalmente para hacerlo.

Frivolizan sobre algo tremendamente complicado.

Como si fuera muy divertido abortar o haber nacido en un cuerpo equivocado. No entendemos ni el concepto de libertad ni el de empatía. Se critican mucho las leyes, pero por suerte luego son difícilmente reversibles. A la derecha ya le va bien que eso pase. Luego son los primeros en divorciarse y salir del armario para poder casarse. En unos años veremos políticos trans de derechas. Pero ahora les toca hacer el papel de siempre y quejarse. La ley del divorcio, la del aborto y ahora la trans. Que se quejen, la ley ya está aquí y aquí se queda para siempre. Bueno, eso pensaba antes de ver lo que ha pasado en EEUU. Pelos de punta.

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