Rebelde... ¿sin causa?

La mayoría de películas que fueron icónicas en su tiempo se quedan como simples hitos que lo demarcan, pero alguna, con el paso de las décadas, muestra de modo extraño su poder profético. En el programa de cine clásico de la Trece vuelvo a ver ‘Rebelde sin causa’ (1955), de Nicolas Ray, una de las primeras que se ocuparon de la rebeldía de jóvenes “a los que no les falta de nada”, con el tema imperecedero de la brecha de generaciones, lo que ya la convierte en un clásico. Pero el caso es que el filme tiene un escenario principal de la acción en el entorno del planetario de Los Ángeles, donde los científicos han advertido de una catástrofe climática con elevación de las temperaturas y deshielo de los casquetes polares que acabará con nuestra especie. Entonces parecía un mero contexto angustioso –pues no era ese su asunto principal– y ahora podemos ver en él un raro vaticinio.

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