Diario de Ibiza

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Miguel Ángel Riera

Mucho más que números

El jueves Cáritas presentaba la memoria del año pasado. Refleja la labor de la Iglesia a favor de los más desfavorecidos. Y un año más el motivo de presentarla este jueves pasado es el que este domingo la Iglesia celebra la festividad del Corpus Christi, día de la Caridad, día en el que celebramos la presencia continúa de Jesucristo en la Eucaristía y en la vida de cada uno de nuestros hermanos. Los cristianos estamos llamados, por esencia, a ser prolongación de esta presencia real de Jesús en la Eucaristía en medio del mundo, especialmente entre los más necesitados.

La memoria de Cáritas pone en evidencia un año más cómo crece la pobreza entre nosotros. Algo muy significativo en unas islas tan ricas como las nuestras. En unas islas donde abunda el trabajo y donde se mueve tanto dinero. La pobreza crece a causa de las desigualdades. Mientras unos tienen mucho, otros tienen que mal vivir con pocos recursos. En una de las últimas reuniones de la Mesa se ponía en evidencia la carencia de nuestras islas en ámbito social, y sobre todo hablábamos del gran problema de la vivienda. Un problema que repercute en todos los ámbitos de la vida. Otro de los motivos que aceleran las desigualdades lo encontramos en las lagunas laborales. Tenemos tanta gente sin documentación trabajando sin cotizar, sin poder reclamar nada por que están esperando la tramitación de sus papeles pero mientras tanto siguen trabajando para poder subsistir. Trabajos muchas veces mal remunerados, sin ningún tipo de derecho ni de cobertura legal.

Esta festividad de hoy del Corpus Christi nos quiere ayudar a vivir nuestro compromiso social. Además de alimentar nuestra vida espiritual es una llamada continúa a poder alimentar a los que pasan hambre, no solo de pan, sino sobre todo de justicia. Ciertamente “no solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca del hijo del hombre” (Mt 4, 3-4). Y la Palabra nos hace cómplices de todo aquello que excluye a nuestros hermanos, hoy “dar de comer” es mucho más complejo por que dando de comer no se sale de la pobreza, se ayuda, pero para poder ayudar hace falta un compromiso mucho mayor de todos los que formamos la Iglesia y la sociedad. Llamados a entregarnos como se entregó Jesús en la Eucaristía.

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