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valentin villagrasa

Desde la Mola

Valentín Villagrasa

Pateras en tierra

Suelen decir que la realidad supera la ficción. Pero en el fondo, tu tendencia a la incredulidad, condiciona lo acertado de esa frase hecha. Hasta que te tropiezas con una realidad que no pensabas que existía o que era producto de la imaginación malsana de alguien, incluso una caricatura del ‘Camarote de los Hermanos Marx’. Cuando te lo cuentan con pelos y señales, con camas en el comedor, literas donde tendrían que haber solo unas ‘turcas’ sin compartir, todo a modo de albergue del Camino en pleno mes de agosto. Y te dicen (con cierto secretismo, no sea que se vayan a enterar los jefes) que por ese espacio personal entre tanta multitud cada trabajador le paga a la empresa que lo ha contratado 300 euros de vellón. A uno se le ponen los pelos como escarpias, debido a la indignación que te crea esta situación de lo más anómala. En Formentera somos conscientes de la dificultad extrema para encontrar un alojamiento, sea para residentes (de todo el año, algunos se van de la isla por este motivo) o para trabajadores de temporada. Esta situación está impidiendo completar las plantillas de algunos establecimientos hoteleros o de restauración.

Hasta aquí una situación comprensible (o casi comprensible) Lo que no entraba en los planes era el caso real que me contó uno de los ‘afectados’, y que da sentido a este artículo, sobre las condiciones en las que estaba viviendo el día a día después de hasta once horas de trabajo. Escribí hace una semana de forma caricaturesca aquella frase de ‘trabajamos como esclavos y dormimos como perros’ pensando que sería entendida como una exageración. Pero es que hoy el calificativo ‘como perros’ es real. De ahí que volvamos al ‘decíamos ayer’ para reproducir las palabras de un chico (camarero para más señas) que estaba compartiendo casa con quince personas en un lugar habilitado para ocho y que, pese a la promesa de la empresa, el hecho tenía visos de eternizarse debido a las dificultades que les he explicado anteriormente. Afortunadamente es algo aislado (o no), pero sintomático de que estamos fallando en lo más básico. No voy a generalizar y menos cuando hay ejemplos de empresas que regularmente prevén las cosas y atienden las demandas de sus trabajares con condiciones (mejorables, seguramente) aceptables para una labor que en ocasiones es agotadora. Son la inmensa mayoría de las empresas del sector. Pero con que solo una no cumpla con los mínimos exigibles está contaminando al sector y elevando a normal lo que debería ser denunciable.

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