Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Daniel Martín

El púlpito

Daniel Martín

Aquiles

Dice una canción que «Aquiles por su talón es Aquiles» o, dicho de otra forma, su debilidad le caracteriza para siempre. No se yo qué diría hoy Aquiles cuando todo se nos presenta como perfecto, confortable, para nuestro bienestar y eterna juventud. Filtros, retoques, añadidos y emoticonos embadurnan todo lo que se ve por las redes. Incluso por las calles. Y no me parece del todo mal, ya que entiendo la capacidad de hacernos sentir bien que tiene la moda, o la estética. Pero sí que reconozco que hecho en falta el justo espacio a lo débil. Ocultar las arrugas tiene un trasfondo mucho más profundo cuando hablamos de las arrugas del alma, de las heridas que cargamos a través de nuestras historias. Es difícil aceptar que lo que cada uno es, está lleno de ‘imperfecciones’ que nos hacen ser lo que somos. Aceptar el límite, mental o físico, aceptar la realidad del tiempo que nos distorsiona el proyecto personal que nos habíamos soñado eterno, aceptar las disonancias del carácter, de las emociones o de las elecciones erróneas, nos muestra nuestro talón de Aquiles y por lo tanto nos acerca a la realidad de seres mortales que bregamos en este mundo, caminando hacia el cielo. Esta verdad, lo creo profundamente, nos capacita para el cambio. Aceptar nuestro talón de Aquiles nos hace, paradójicamente, salir victoriosos de las cuitas que nos brinda la propia vida. Cargar con la cruz y seguirle, básicamente.

Compartir el artículo

stats