Diario de Ibiza

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Miguel Ángel Riera

Creamos leyes absurdas

Titular de ayer de unas de las noticias de este diario. Frase dicha por un político. Los responsables de crear leyes absurdas tienen la obligación en primer lugar de reconocerlo. Fantástico, no siempre es tan fácil. Y en un segundo lugar ‘crear’ nuevas leyes que no sean absurdas, que sean prácticas y que ayuden a los ciudadanos, en vez de complicarles la vida.

Creo que vamos por el buen camino. Incluso en la misma noticia se apunta algo que todos hemos experimentado alguna que otra vez: la burocracia que frecuentemente estas leyes absurdas nos impone. Reconocer la necesidad de simplificar la burocracia administrativa es un primer paso para poner todos los medios para llevarlo a cabo.

Poder hacer leyes de vivienda que solucionaran el ‘problema’ de los problemas sería la manera de poder garantizar una vida mucho más digna a muchos ciudadanos que se ven obligados a marcharse de las islas o a mal vivir en situaciones tercermundistas en un territorio donde no hay paro pero donde a la vez los trabajadores no pueden vivir con su salario. Leyes que permitan a los que mantienen los servicios públicos y turísticos vivir dignamente ya que las leyes no permitirían especular con algo tan necesario para dar estabilidad emocional, psíquica, laboral y familiar como es la vivienda.

Abolir leyes absurdas que permiten a los que más tienen continuar especulando con lo más básico para el bienestar de los demás.

Abolir leyes absurdas que permiten el tráfico de armamento como instrumentos para alcanzar la paz, armamento que mata a inocentes y que nos quieren hacer creer que son medios para la defensa personal, cuando la defensa personal pasa por el respeto, la tolerancia y el bienestar de todos y no solo de unos pocos.

Abolir leyes que permiten tanta desigualdad. La desigualdad que produce violencia y crispación. Desigualdad que enfrenta a unos con otros. Desigualdad que es muy palpable en nuestras islas donde unos habitan villas lujosas y millonarias y otros no tienen un techo donde cobijarse. Desigualdades que matan.

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