Que la consellera balear de Bienestar Social, Fina Santiago, revelara que siete de las ocho habitaciones reservadas para empleados de las residencias de Ibiza están vacías, después de que el día anterior el comité de empresa asegurara que había profesionales sanitarias durmiendo en coches o en sofás. La consellera instó a los representantes de los trabajadores a que le digan qué profesionales están sin alojamiento para cederles esas habitaciones y se mostró dispuesta a negociar las mejoras salariales para los trabajadores de Can Blai, que han anunciado protestas por sus bajas retribuciones.
Que después de la paralización casi total por la pandemia del covid, las compraventas de viviendas se hayan disparado en Ibiza y Formentera, algo que llama aún más la atención por los altos precios que se están pidiendo en las islas casi por cualquier techo. Solo el pasado marzo las compraventas se dispararon un 307 por ciento en las Pitiusas y se batió el récord histórico en ese mes.
