Diario de Ibiza

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Noemí Martínez

No me compensa

Llegué un 17 de julio a Ibiza con un par de maletas y muchísimas ganas de comerme el mundo. De eso hace ahora casi cinco años. Tenía 27 y me metí en el apartamento de mi único contacto en la isla. No tenía habitaciones, así que en el salón dormíamos tres personas pegadas a la cocina. Eso solo podía mejorar, pensé. Tres meses después alquilamos un piso en la milla de oro. Pagaba 700 euros por la habitación (gastos aparte) y cobraba 1.400 rasos. Mejorará, volví a pensar. Desde entonces he pasado por otros tantos. En uno, la persona que lo subarrendaba ilegalmente estaba haciendo negocio. Me fui. Llevo desde hace dos meses buscando habitación, incluso piso para comprar, y se me están agotando dos cosas: la paciencia y las ganas de seguir aquí. Mañana tengo que dejar la habitación en la que estoy y no he encontrado ni una opción factible a la que agarrarme. Me he cansado de que me digan que «haga un esfuerzo económico esta temporada» o que me «meta en cualquier sitio unos meses». Como si todo valiera por seguir aquí. Una cosa es que te guste la isla y otra que, aunque te estrangule, sigas buscando aire en cualquier hueco para poder respirar. No todo vale, aunque haya quien piense que sí. No sé a otros, pero a mí no me compensa tener trabajo si no tengo dónde dormir.

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