La isla de Ibiza en verano rebosa de gente y de coches. Hay muchos vehículos, demasiados. Por eso el Consell de Alcaldes acordó esta semana regular su entrada a la isla en julio y agosto. Algo parecido a lo que ya ha hecho Formentera. Cada temporada las carreteras ibicencas se llenan de coches, motos y quads de los rent a car; de furgonetas negras de servicios privados de transporte; y de coches de lujo de gran cilindrada que ignoran los límites de velocidad. Entre los que andan perdidos, los que van demasiado despacio, los que hacen maniobras bruscas y los que quieren pasar por encima de ti, conducir es un deporte de riesgo para los residentes, habituados a circular más despacio, sin prisa y con mucho menos tráfico y conductores pasados de rosca. Regular la cantidad de vehículos redundará en la seguridad de las personas, en la sostenibilidad de la isla y en la calidad de Ibiza como destino turístico. Para esta temporada ya llegamos un poco tarde, pero de cara a 2023 sería una buena noticia que se pudiera llevar a cabo. Mientras, siempre tendremos esos caminos alternativos para huir de las aglomeradas vías principales, con menos coches y menos probabilidades de accidentes ajenos a nuestras mejores o peores dotes como conductor.
