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Víctor Torres Pérez

Lo que oculta Vicent Marí sobre 'La vida Islados'

Mentir, falsear los hechos o manipular documentación para justificar una contratación a dedo es algo extremadamente grave e inaceptable. Y sólo se puede justificar y normalizar por parte de alguien que está acostumbrado a una forma de gobernar y a un modelo de gestión basado en un sistema clientelar, que facilita, propicia y fomenta este tipo de prácticas.

Porque de esto va el caso ‘La vida islados’ del Sr. Vicent Marí, presidente del Consell Insular d’Ibiza: de una forma de gobernar en la que se contrata verbalmente antes de iniciar el expediente, se omiten informes, se falsean presupuestos, se humilla públicamente al personal funcionario que alerta de las irregularidades y, todo ello, presuntamente, porque será la Justicia quien lo determine, para beneficiar a una empresa con un lucrativo contrato de 250.000 euros sin concurso público ni publicidad, directamente a dedo.

Con un decreto de Presidencia que justifica el precio del contrato adjuntando dos presupuestos falseados. Uno de ellos, el de la empresa adjudicataria, y un segundo, de otra empresa, que fue descartada. Pero resulta que la empresa descartada es la que realmente hizo el vídeo, y en el presupuesto descartado sale el nombre del administrador único de la empresa que se llevó el contrato.

Hablamos del rodaje de un vídeo que ya se había finalizado incluso antes de que el Sr. Vicent Marí hubiera firmado el decreto de adjudicación del contrato. Un contrato que, según su vicepresidente Sr. Mariano Juan, no se había realizado de forma verbal. ¿Cómo se explica, entonces, que el rodaje estuviera en marcha antes de su adjudicación?

Un contrato a dedo a una empresa que, sólo en la legislatura anterior, con el Sr. Vicent Marí como alcalde de Santa Eulària, se llevó 1.240.628,08 euros en contratos irregulares, sin concurrencia pública ni publicidad.

En definitiva, un contrato lleno de engaños e irregularidades, adjudicado a dedo aprovechando el estado de emergencia por la covid para beneficiar, presuntamente, a una determinada empresa. Ante la gravedad de las evidencias, el PSOE llevó el caso a la Oficina de prevención contra la corrupción, quien finalmente ha presentado una denuncia penal ante la Fiscalía Anticorrupción al encontrar «indicios de conductas o hechos presumiblemente delictivos».

Y ante todo esto, el Sr. Vicent Marí y su equipo de gobierno, lejos de dar explicaciones y hacer un ejercicio de transparencia, se sorprenden de que la oposición se las pida y adoptan el papel que más les gusta, el de ‘víctimas de todo y responsables de nada’. En vez de dar explicaciones o aprobar una comisión de investigación en el Consell Insular para aclarar lo sucedido, culpan a la oposición de hacer una campaña en su contra, arremeten contra el personal funcionario, acusan a la Oficina de prevención y lucha contra la corrupción de estar politizada y llegan a insinuar que algunos medios de comunicación son cómplices de una campaña de difamación.

El Sr. Vicent Marí, acostumbrado a su forma de gobernar y a su modelo de gestión importado de Santa Eulària, dice no entender cuál es el problema con el caso ‘La vida islados’. No entiende que éste radica en su forma de proceder allí donde gobiernan él y su partido, sin transparencia, sin concurrencia, sin igualdad de oportunidades, haciendo política como quien hace favores, que después se encargan de cobrar. Una política clientelista en la que no se contemplan ni la justicia, ni el mérito, ni la igualdad de oportunidades. En la que sólo sirven los contactos y ser ‘des nostros’. De esto va el caso de ‘La vida islados’, Sr. Vicent Marí.

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