Intelectuales, periodistas y políticos de diferentes países han firmado un manifiesto reclamando la paz en Ucrania. También Ione Belarra, ministra y secretaria general de Podemos. En un vídeo, Belarra ha expuesto sus razones y ha conseguido la proeza de no mentar a Putin durante 1 min 43 s. Como si la guerra la hubiera desencadenado un meteorito. Sí, la guerra es mala, Belarra tiene razón. Y la gente se entiende hablando, claro. ¿Por qué no se les ocurrió a los opositores al régimen de Siria charlar con el dictador Bashar al Assad? Si es que las cosas después se lían. Venga, que hablen en Israel. Porque lo del apartheid a los palestinos está fatal. Seguimos con el Yemen, con Sudán del Sur…
¿Cómo se puede hacer un alegato contra una guerra sin señalar quién la ha iniciado con ánimo de aniquilación? Es un insulto a la inteligencia, pero, sobre todo, un insulto a los ucranianos que están pagando con su vida. No se puede repartir responsabilidades al mundo entero y olvidarse de Putin. Él ha marcado las reglas del juego y exigir la paz solo es exigir la rendición de Ucrania. Doblegarse al chantaje. La declaración de Belarra es de un infantilismo perverso o de una perversión que nos toma por niños. No sé qué es peor.
