Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Marta Torres

Para empezar

Marta Torres Molina

Cargo: Redactora

La cochinilla no deja ver el mar

La cochinilla es muy selectiva. Lo saben bien los vecinos de dos calles de Platja d’en Bossa, víctimas, pobres, de los caprichos de este parásito al que, al parecer, sólo le gusta chupar la savia de los ficus benjamina de esas dos calles: Mediterrània y Algarb. A la cochinilla vilera le ofrecen una estancia en los vergeles de las mansiones de la isla y dice que no, que a ella no la sacan de ahí. Ríete tú de ‘la grande bouffe’ comparada con la delicia ¡con vistas al mar! que sale de los árboles plantados en esas dos minúsculas calles. Alucinados están los vecinos con tan selectivo hemíptero. Por su culpa se han quedado sin verde. Sin sombra a las puertas del verano. Y sin pajaritos que píen al amanecer y el atardecer. Mira que, en un primer momento, cuando vieron al ejército de jardineros municipales dejando las copas sin una ramita, malpensaron. Sobre todo cuando uno de los responsables les contestó que es que había vecinos que se habían quejado porque los frondosos árboles no les dejaban ver el mar. Pero no. Era cosa de la cochinilla, se apresuraron a asegurar desde Vila. Un mes después, no se ha cortado ni una rama de las calles adyacentes. Ni de la avenida principal. Los vecinos arrugan la nariz. Y, al ver sus calles desangeladas, vuelven a malpensar. ¿Quién será la auténtica cochinilla a la que los árboles no dejaban ver el mar?

Compartir el artículo

stats