Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Emma Riverola

Maldito amor

Todo en la trama criminal de explotación sexual y tráfico de drogas recientemente desarticulada en Madrid es escalofriante. Que las diez víctimas liberadas en la operación policial fueran menores y que cinco de ellas estuvieran bajo la tutela autonómica añaden mayor gravedad al caso. Más allá de las consecuencias políticas que deben derivarse del fallo monumental de la institución, más allá del desastre reiterado y generalizado del sistema de (des)protección en la tutela de menores, hay cuestiones más emocionales que resultan especialmente dolorosas. No por nuevas, sino por demasiado antiguas.

El enamoramiento aparece como el primer impulso que condujo a las jóvenes hasta el infierno. Un supuesto amor en el que se volcaron desde su extrema vulnerabilidad, desde su desamparo, sin armas para enfrentarse a la toxicidad del mismo. Una necesidad desesperada de ser queridas condujo a las muchachas a la sordidez más extrema. Borrada su voluntad. Su cuerpo, su vida convertida en una mísera moneda de cambio. Tutelar a un menor es mucho más que cubrir sus necesidades básicas. El amparo se desmorona si no hay un abordaje de los afectos. Entonces, se abre la puerta de todo lo malo.

Compartir el artículo

stats