Diario de Ibiza

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Marta Torres

Para empezar

Marta Torres Molina

Cargo: Redactora

Las sanitarias de las risitas

Vulnerable. Preocupada. Dolorida. Así se siente una persona que acude al médico de guardia de su centro de salud. Lo único que quieres es que te atiendan con empatía y profesionalidad. Que te escuchen, que intenten averiguar qué te pasa, que alivien el dolor y, sobre todo, la incertidumbre. Lo normal en una consulta en un centro de salud. Lo que has encontrado siempre. Pero no. Justo el día en que te toca recurrir al médico y la enfermera de guardia, porque sabes que no puedes esperar una semana para que miren qué te pasa, te topas con las dos sanitarias menos profesionales, menos empáticas y menos educadas del Área de Salud pitiusa. La misma enfermera que te envía a hacer pipí, algo que ya le has dicho que te cuesta un poco, en un botecito para confirmar un diagnóstico bastante claro no tiene ningún pudor en, pasados unos minutos, cuando la médica pregunta por ti, hacer comentarios de mal gusto, hirientes y humillantes. Saben, las dos, que las estás escuchando, porque están frente a la puerta del baño. Les da igual. Se ríen. Cuando se lo afeas tienen la desfachatez de decirte que estaban preocupadas. No. En ese caso tocas a la puerta, preguntas si estás bien, si necesitas algo. No haces chistes chabacanos sobre tu paciente, dolorida, preocupada y vulnerable. Ni profesionales ni, mucho menos, heroínas.

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