No te fallaré, contigo yo quiero envejecer. Cada vez que oigo a Carla Morrison cantar esto, pienso y en ocasiones más de la cuenta. ¿Qué pienso? Muy sencillo: con quién envejecer. Para empezar, no quiero envejecer. Además, creo que se le da demasiada importancia a lo de tener a alguien al lado para llegar juntitos a ese punto. ¿Qué punto? No se tiene en el calendario la marca del día en el que comienzas a envejecer. ¿Por qué se le da tanta importancia? Es algo natural, y punto. Te va a pasar rodeada de personas o sentada sola viendo partidos de fútbol, que no haciendo calceta, que también si es una de tus aficiones. ¡Demasiada importancia al tema! Tras kilos de pensamientos, ya sé con quién quiero compartir mi camino hacia la vejez. Bueno más que con quién, con qué. Lo quiero hacer con una o todas las chapinetas de botellines de cerveza y refrescos que caigan en mis manos. Sí, no me tomen por loca. ¿Se han dado cuenta de que con el paso de los años ellas no han cambiado? ¡Llevan igual toda la vida! Con ellas a mi lado, todo seguirá igual y en su sitio. 

Perfecto.