Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Miguel Ángel Riera

Olas de frío

Bajan las temperaturas, los campos amanecen totalmente helados, sales a la calle y se te duermen los dedos del frío que está haciendo. Muchos de los que duermen en portales y en puertas de edificios abandonados han desaparecido. Las diferentes instituciones municipales e insulares han puesto en marcha diferentes dispositivos para poder dar cobijo a muchos que no tienen donde pernoctar. Otros que dormían en la calle siguen haciéndolo. Ahora más protegidos del frío por medio de más mantas, e incluso se han fabricado pequeños espacios para protegerse de la bajada de temperaturas que estos días nos recuerdan que estamos en invierno.

Muchos vienen a Cáritas a primera hora de la mañana para poder desayunar algo calentito, un café, pastas que nos regalan diferentes establecimientos… algo que les ayude a reaccionar del frío de la noche. El centro de día de esta institución de la Iglesia les ofrece cobijo unas horas. Por la noche los voluntarios de Cruz Roja se acercan a diferentes puntos para poder ofrecerles un caldo, algo de comida siempre acorde con el momento gélido que vivimos.

Una vez más el frío pone en evidencia la respuesta precaria que se les ofrece a los más débiles. A los que su hogar sigue siendo la calle. La pandemia ha puesto en evidencia que juntos podemos alcanzar logros que nunca podríamos soñar. Juntos hemos trabajado para que nadie se quedara atrás. Pero continúa habiendo muchos hermanos nuestros que lo tienen muy difícil.

Centros preparados, no solo para el frío, sino también para el calor, que puedan acoger a todos aquellos que por enfermedad, por edad avanzada, por que no han tenido las mismas oportunidades que muchos hemos tenido, es lo que necesitamos. Centros que son promesas no cumplidas. Centros que esperamos sean una realidad por el empeño de tantas personas que viendo la realidad no se esconden sino que afrontan los problemas. Vivimos en un mundo muy complejo, en un mundo donde parece que todo es muy difícil pero sabemos que no es un imposible. Al contrario, doy gracias a Dios de conocer a mucha gente que ante las dificultades para dar solución a los problemas sociales que vivimos no se hunden, no se esconden, no miran para otro lado, sino que con más fuerza luchan para que sus proyectos sean una realidad. Ánimo.

Compartir el artículo

stats