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Víctor Torres Pérez

Otro invierno sin centro de baja exigencia

En abril de 2020, el presidente del Consell Insular, el Sr. Vicent Marí, se comprometió con los ayuntamientos en la reunión del Consell d’Alcaldes a la construcción de un centro provisional de baja exigencia en sa Joveria, dentro del perímetro de Recinto Ferial, para que diera servicio de forma temporal mientras finaliza la tramitación del centro definitivo des Gorg. La máxima institución insular asumiría el millón y medio de euros que costaría esta instalación, comprometiéndose a que la misma estaría disponible a finales de 2020. En enero de 2022, un año después de su supuesta fecha de inauguración, todavía no han finalizado las obras y, tal y como han confirmado desde el departamento de Bienestar Social y Recursos Humanos, ni siquiera tienen fecha para su puesta en marcha.

Este centro debe dar cabida a las personas con un alto grado de vulnerabilidad, para que no duerman en la calle en plena pandemia, con una permanente inseguridad y en las condiciones tan duras que ello supone. Un centro de baja exigencia donde a estas personas que requieren de un seguimiento y tratamiento individualizado, se les garantice esta atención a nivel social, médico, sanitario y psicológico, para que se vayan incorporando gradualmente a otros servicios sociales que mejoren sus durísimas condiciones de vida y les permita salir de la situación de exclusión social. Ante la llegada de las lluvias y el frío, las condiciones de vida de estas personas, se extreman y, ante esto, no valen excusas, como las que vienen dando el equipo de gobierno del Sr. Vicent Marí en el Consell Insular, culpando de todos los retrasos a la empresa contratista, sin asumir por su parte ninguna responsabilidad. Ejercer la presidencia de un equipo de gobierno significa asumir responsabilidades y no tratar de ocultar la ineficiencia tirando balones fuera, algo a lo que este equipo de gobierno y su presidente nos tiene ya acostumbrados en su papel de víctimas de todo y responsables de nada.

Sin embargo, hay cuestiones que explican el retraso y que no se han aclarado públicamente. ¿Por qué la construcción del centro se tramitó de manera ordinaria, y no extraordinaria por emergencia de la covid-19, como sí se hizo con el vídeo de promoción turística La vida ‘islados’, que costó 250.000 euros? ¿Acaso no era más importante construir un centro para las personas que vivían en la calle en plena pandemia, que un vídeo de promoción turística? ¿O por qué se adjudicó, también por emergencia de la covid-19, una campaña de programas en una televisión local por 40.000 euros donde salía el Sr. Vicent Marí haciéndose autopropaganda personal, en vez de contratar el centro de baja exigencia?

Más de un año después de la fecha anunciada para su inauguración, seguimos esperando el final de las obras, y después todavía habrá que hacer la adjudicación de la gestión del mismo. Mucho nos tememos que la contratación de la gestión del servicio del centro de baja exigencia tampoco se hará por emergencia. En este Consell Insular, ya hemos visto cuáles son las prioridades, y no son, precisamente, las necesidades de las personas más vulnerables.

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