Diario de Ibiza

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Emma Riverola

Las fosas de Zemmour

La primera deportación masiva de judíos en Europa Occidental fue en París, el 14 de mayo de 1941. Como todas las posteriores, fue ejecutada por la policía francesa bajo supervisión alemana. El régimen de Vichy fue el Gobierno títere de la ocupación nazi, cómplice del exterminio judío e implacable con los opositores.

Vichy es la vergüenza de Francia. Un recuerdo incómodo que, durante décadas, se evitó reconocer. Ahora, Éric Zemmour, el posible candidato a las presidenciales francesas, el hombre a la derecha de Marine Le Pen, se ha atrevido a decir lo indecible: ha reivindicado el régimen de Vichy, asegurando que salvó a los judíos franceses al deportar a los judíos extranjeros. Esa idea ya la expuso en su libro ‘El suicidio francés’ (2014) y ya entonces fue rebatida por los historiadores. De los 76.000 deportados, 25.000 eran franceses. Zemmour es judío, cuesta asimilar todas las traiciones de su pensamiento. Las encuestas apuntan que, si se presenta a las elecciones, podría llegar a pasar a la segunda vuelta. Él, como Trump, como tantos, dicen amar a la patria, pero solo la arrastran a las fosas de sus errores, de sus horrores. Todo vale para escandalizar, para envolvernos en el hedor de lo indecible.

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