Diario de Ibiza

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César Navarro

La luz de París, el olor de Vila...

París es famosa por su luz (no creo que sea más intensa que la pitiusa), Chicago por su arquitectura y por ser la cuna del house. Y nuestra querida y maltratada Vila por su envolvente aroma a alcantarilla, a mierda, en cuanto llueve más de lo habitual. La tormenta de ayer me cogió trabajando y no reparé en sus terribles efectos en mi barrio, es Pratet, hasta que me aproximaba a mi humilde morada. Fue llegar a la confluencia de las avenidas de Isidor Macabich e Ignasi Wallis y saltar la alarma olfativa. El olor es inconfundible. Lo tenemos grabado a fuego en el cerebro. Confundido, enseguida me confirmaron que el tanque de tormentas construido en el puerto, la clave de bóveda de este problema, decían, había funcionado perfectamente. ¡No saben lo tranquilo que me quedé! Sobre todo al calibrar, por lo bajini, qué habría pasado si no hubiese funcionado. ¡Los barcos podrían atracar en Can Misses! El problema no es nuevo, llueve sobre mojado (no he podido resistirme). Alcantarillas obsoletas, red de pluviales y residuales sin separar... Y ahora Vila anuncia un colector para recoger el agua que llega desde la autovía de Sant Antoni. No hay esperanza. Debemos asumir nuestra penitencia y empezar a vender el hedor vilero como atraccCéión turística. Lo petamos.

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