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valentin villagrasa

Desde la Mola

Valentín Villagrasa

Modelo Formentera

Hay una Formentera fuera de la isla. La comprobación es cuando a unos 700 kms de distancia se discute sobre el modelo que queremos para ella. Sin nombres (los habituales de esta columna podrán los apellidos) pero con ideas diferentes hemos valorado las circunstancias que envuelven la temporada estival y el invierno. Incluso nos hemos atrevido con analizar (yo diría vanalizar) sobre quién o quienes nos interesan como vecinos (de casi todo el año) aunque vivan habitualmente en París. Primero reafirmarnos en que este verano ha sido un poco de locos, seguramente más en la carretera que en la masificación de las playas (fuera de las habituales) El informe del 061 no deja lugar a dudas de cuanto ha acontecido. El doble de servicios entre julio y agosto con respecto a 2019. Ha habido un aumento considerable de motorinos...o es la sensación que me ha dado en las bajadas desde la Mola a Sant Francesc. Llegarán las estadísticas y corroborarán esta sensación (muy extendida) o la desmentirán. Seguramente el dato es significativo y permite afirmar que la ocupación en hoteles y restaurantes ha sido excelente. El debate se centra en si el número y especialmente las características del visitante nos lleva a un modelo turístico sostenible y con un crecimiento cultural que aporte esencia a lo que viene conociéndose como «vacaciones de sol, playa y unas pipas de girasol para que el niño se calle». No tengo dudas sobre el resultado final de un sondeo entre profesionales del sector para evaluar el ‘dónde estamos y hasta dónde queremos llegar’. Por otra parte hay un turismo de quita y pon que contrasta con una mayor presencia de peninsulares llegados por vez primera o repetidores del año pasado que han encontrado un lugar vacacional donde el ocio es diferente a otros lugares. Ese es un modelo que podría generar a nivel europeo una atracción especial para recuperar el veraneo familiar que algunos echan de menos.

A veces el lleno no es garantía para el éxito a largo plazo. Seguramente no daremos con la piedra filosofal que determine qué es realmente lo que precisamos para una isla acorde con aquello que nos imaginamos en su día y que ha cambiado de forma evidente, poniendo sobre la mesa las virtudes o carencias del modelo actual... Aunque la experiencia me dice que nada será igual después de dos años de’sostenerla y no enmendarla’. En fin, reflexiones de una cena en el Camino, a 700 kms de Formentera.

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