Diario de Ibiza

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Cuando escribes esta palabra en el ordenador, ‘sinodalidad’, queda marcada como un error ortográfico. Como si no existiera o la hubieras escrito mal. No es una palabra habitual. Pero a lo largo de estos años venideros será escuchada muchas veces y espero que muchos se familiaricen con ella. El Papa Francisco ha convocado un Sínodo. Hoy, domingo, se abre en Roma, la semana que viene se abrirá en todas las Diócesis del mundo, en la nuestra también. La palabra ‘sínodo’ es la que da origen en griego a la palabra Iglesia. La reunión de una comunidad, de un pueblo, del Pueblo de Dios, para poder conversar, hablar, compartir, debatir, pensar e invocar el Espíritu Santo y así descubrir el camino que el Señor va trazando para la Iglesia en este momento concreto.

Estos años, y de manera muy especial en las Diócesis y en nuestras parroquias, serán un tiempo muy importante para descubrir por dónde y cómo sopla hoy el Espíritu que guía a la Iglesia. La palabra ‘Sínodo’ significa ‘caminar juntos’.

No se pretende producir documentos, sino más bien, como le gusta decir al Papa «suscitar sueños», profecías y esperanzas. Más importante que el final es el camino que se hace con otros para escuchar juntos el Espíritu que sigue soplando en la sociedad actual. El Espíritu que dio origen a la Iglesia en Pentecostés, continúa en la vida de la Iglesia, de todos los que la formamos.

Pero también se quiere escuchar a aquellos que no se sienten participes de la vida cotidiana de nuestras comunidades. Buscar espacios de escucha con la sociedad en la que peregrina el Pueblo de Dios. Descubrir cómo nos ven, que nos sugieren, que nos recomiendan. No se pretende que este Sínodo sea solo responder a preguntas o recoger opiniones, sino escucharnos creando así estructuras parroquiales y comunitarias para trabajar juntos con la máxima participación. Estamos todos invitados a formar parte de este proceso sinodal.

Ilusionémonos. Aprovechemos juntos esta oportunidad que se nos ofrece para compartir preocupaciones e ilusiones, propuestas y caminos de esperanza en un mundo donde tantas personas no ven una luz. La luz del Espíritu que no deja de iluminar el caminar de cada uno y de todos.

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